Concurso de acreedores

Somos un despacho con sólida experiencia en la tramitación de concursos de acreedores de empresas que atraviesan por dificultades económicas o se encuentran en estado de insolvencia.

En nuestro despacho realizamos revisiones preconcursales que permiten detectar, valorar y corregir los riesgos en los que pueden incurrir los administradores de una sociedad concursada. La posibilidad de alcanzar acuerdos con distintos acreedores puede ser una solución para una empresa en situación crítica. Son, en definitiva, acuerdos especialmente relevantes y significativos para el futuro inmediato de la empresa.

Nuestro equipo está especializado en la negociación de este tipo de acuerdos, sobre todo para la inclusión de aspectos esenciales que puedan afectar a un futuro concurso de acreedores.

En caso de apertura de concurso de acreedores, acompañamos al empresario a lo largo de todo el proceso concursal, prestando un apoyo profesional integral.

¿Qué es y para qué sirve el concurso de acreedores?

El concurso de acreedores ha demostrado ser la única herramienta eficaz que protege al empresario en situaciones de insolvencia.

El Texto Refundido de la Ley Concursal (RDLeg 1/2020) regula un procedimiento para negociar con los acreedores a efectos de alcanzar acuerdos que permitan la continuidad del negocio, previendo quitas y esperas a través de un convenio, el cual puede plantearse incluso previamente al concurso de acreedores (preconcurso de acreedores).

En caso de que la situación de la compañía no permita llegar a acuerdos con los acreedores, la Ley establece un mecanismo legal para la liquidación ordenada de la compañía y el pago de las deudas con el activo de la sociedad, si lo hubiera. Para supuestos de inexistencia de activo está contemplada la figura del concurso de acreedores exprés.

¿Quién puede solicitar el concurso de acreedores?

El concurso de acreedores puede ser solicitado por el propio deudor, denominado voluntario, o instado por los acreedores, también llamado necesario.

Fases en concurso de acreedores

Fase común

En esta fase existen cuatro puntos:

• Solicitud de la declaración del concurso
• Estudio de la solicitud por parte del juez y posible aplicación de medidas cautelares.
• Resolución judicial declarando el concurso o desestimando la solicitud de concurso
• Determinación de la masa activa y masa pasiva o deuda existente, y clasificación de los créditos que tiene la misma.

Fase de convenio

En la fase de convenio del concurso de acreedores se recibirán las propuestas de convenio que el deudor y cualquier acreedor pueda presentar. Los acreedores podrán votar en la junta de acreedores por la que consideren más favorable a sus intereses. Si alguna propuesta de convenio obtiene la mayoría suficiente para ser aprobada y no adolece de ningún defecto o infracción, el juez aprobará el convenio.

Fase de liquidación

El deudor concursado podrá solicitar en cualquier momento del concurso que se inicie la fase de liquidación. También se abrirá la fase de liquidación cuando no se hayan presentado propuestas de convenio o no haya sido aprobado ninguno.
La liquidación consiste en vender todos los bienes del deudor con el objetivo de pagar la máxima deuda posible, siguiendo el orden de prioridad marcado por la ley.

Fase de Calificación

En esta fase se realiza una reflexión sobre el concurso de acreedores a fin de catalogarlo como fortuito o como culpable.

En GF CONSULTORIA DE EMPRESAS le ayudamos a preparar un acuerdo de refinanciación con sus acreedores o interponemos en su nombre la demanda de concurso de acreedores. Estudiaremos su caso desde el punto de vista económico y jurídico y le propondremos la fórmula que mejor se ajuste a sus necesidades. También puede darse la eventualidad de que sea alguno de sus clientes o deudores el que se encuentre en situación de concurso. En tales casos comunicamos sus créditos en forma o nos personamos en el procedimiento en defensa de sus intereses.

Estamos preparados para iniciar y gestionar  concursos de acreedores de todo tipo de empresas, así como de representar y defender los intereses de todos los partícipes en un concurso: el concursado, los acreedores y terceros.